Una plataforma digital interactiva de libre acceso presenta, a partir de diferentes formatos, relatos sobre el Centro Popular de la Memoria.

Agustina Foster Ferrer, recientemente graduada de la Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Rosario, realizó como trabajo de tesina una plataforma digital interactiva de libre acceso que presenta, a partir de diferentes formatos, relatos sobre el Centro Popular de la Memoria que funcionó en el edificio del ex Centro Clandestino de Detención Servicio de Informaciones entre los años 2001 y 2010.

El Centro Popular de la Memoria tuvo la participación de diferentes organismos de Derechos Humanos de la ciudad y el estado provincial. La plataforma desarrollada por Foster Ferrer lleva el nombre de “Voces para la memoria” y recopila las voces de quienes fueron protagonistas, narrando su historia, la manera que pensaron este espacio, y la importancia de la construcción de la memoria como tarea colectiva.

“A lo largo de mi historia estuve vinculada con los organismos de Derechos Humanos, por mi historia personal y mi formación. Mi mamá era militante política, por lo que nací en una casa con el tema muy presente. Ingresé a la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, empecé a conocer mucha gente, y estuve participando en la primera Comisión de Derechos Humanos de ese lugar. Allí logramos realizar el primer rastreo e identificar a las y los detenidos desaparecidos que habían cursado en la Facultad”, recordó. 

Luego de finalizar el cursado de todas las materias, Agustina comenzó a trabajar en la Secretaría de Derechos Humanos que se había formado recientemente en la Provincia de Santa Fe. “A raíz de este trabajo comencé a tener relación con muchas personas de los Organismos de Derechos Humanos y esto se profundizó cuando el Centro Popular de la Memoria empezó a funcionar. En el 2009, retomo la carrera para poder realizar mi tesina, elegí como tema el restreo de estrategias de representación del pasado en torno ex centros clandestinos de detención, y tomaba como principal el Servicio de Informaciones”.

Ferrer Foster realizó entrevistas en profundidad a diferentes referentes de Organismos de Derechos Humanos para que le dieran voz al relato. “Por cuestiones de la vida, no pude finalizar este trabajo en ese momento. Recuerdo que las había grabado en cassettes, los cuales habían quedado guardados en un baúl de mi casa. Cuando el año pasado me reuní con María Soledad Casasola, quién fue en esta nueva oportunidad mi directora de tesina, le dije que no quería que este material terminara olvidado. Por eso, reformulamos todo y decidimos hacer una tesina de producción, donde las voces puedan tener el protagonismo que merecían”.

El material cuenta con valiosos testimonios, incluso de personas que ya han fallecido. “Tenía la voz de Elsa Pozzi de Massa, más conocida como Chiche, una de las referentes de Madre de Plaza de Mayo, de Juane Basso, de Elida Luna, de Oncar Lupori, de Norberto Olivares, y de Ángel Florindo Ruani. Me parecía un crimen que sus relatos y anécdotas quedaran tiradas en un baúl”. 

La tesina presenta el relato de estos referentes acerca de la experiencia del Centro Popular de la Memoria en el plazo de los diez años que lo comprendieron. “Busqué recuperar sus voces y que esto pueda contribuir a la ciudadanía para poder pensarnos como sociedad”. 

Esto supuso una evolución de su idea original, teniendo que construir una plataforma digital interactiva de libre acceso. “Esa posibilidad no existía cuando comencé por primera vez a planificar la tesina. Por eso, era un mundo un poco desconocido para mí porque no tenía conocimientos de programas de edición ni de soportes webs. En este punto apareció mi co directora, Natalia Fernández Baez, que me dió una mano gigante en este sentido y me ayudó a darle forma”.

La flamante licenciada resaltó que el resultado final se dió “jugando con los formatos, pudiendo imaginar, experimentar y probar que era lo más indicado”. La primera dificultad se dió cuando no encontraba por ningún medio digitalizar el contenido de los cassettes. “No encontraba quien lo haga en Rosario, pregunté a compañeros que hoy trabajan en radios pero no había forma. Es una tecnología muy vieja y la mayoría de los pasacassette ya no funcionan. Finalmente un amigo que es músico me pasó el dato de una persona que tiene un estudio y pude digitalizar finalmente todo el material”, y añadió: “Una vez que solucionamos esa situación, comencé a experimentar con el sonido, cortarlo, editarlo para conformar una serie de podcast. Fue totalmente cambiar la forma de pensar e introducirme a esta metodología de producción que no existía cuando cursaba en la facultad”.

El desarrollo realizado en este trabajo representa un material invaluable que recupera la esencia de los movimientos “La memoria es poner en debate, no hay una sola memoria, sino que es una construcción. No intento hacer una historización del Centro Popular de la Memoria ni como fue el Ex Centro Clandestino que funcionó en la dictadura, sino poder presentar experiencias y pensamientos, a partir de estos relatos, que habiliten a poder pensar, debatir y construir estas memorias”, sintetizó Foster Ferrer.  

Se puede acceder a los podcast y todo el material extra producidos por Agustina Foster Ferrer a través del sitio web: Inicio | Voces Para La Memori (vocesparalamemoria.wixsite.com)

Regresar a la Universidad

“Seguí reempadronándome casi todos los años. Una mañana escuchando ‘La Marca de la Almohada’, un programa que se transmite en Radio UNR, hablaron de un nuevo programa que lanzaba la Universidad: rEGRESAR. Fue un cimbronazo, un despertar. Me estaban llamando”, confesó emocionada. 

El Programa rEGRESAR, que puso en marcha por primera vez la UNR durante el año pasado, pone especial atención en aquellos estudiantes que han dejado su recorrido académico y adeudan el 30% de la carrera y/o que les falte realizar el trabajo final o tesina para graduarse, o que no hayan regularizado/aprobado alguna asignatura en los últimos diez años de todas las carreras de grado de la UNR. Durante la primera convocatoria se inscribieron más de 1300 personas, y en su edición 2024, más de 600. 

“Empecé en el 95, terminé en tiempo y forma. Rendí de a poco las materias que me quedaban pendientes. Luego pasó la vida, pero en 2009 quise terminar la tesina y nuevamente no pude hacerlo. Que este programa haya sucedido me cambió todo”, explicó. Si bien la falta del título universitario no la determinó porque toda su carrera laboral lo hizo en el área de la comunicación, si era “algo que lo tenía ahí pendiente y que deseaba cerrar”. 

Recordó que la primera vez que se encontró con Soledad Casasola fue en la Facultad de Ciencia Política, y que esta la llevó a recorrerla. “Fue una emoción terrible, volver a ese lugar donde fui tan feliz me movilizó mucho. Me dió las energías que necesitaba para poder finalizar”, y agregó: “Creo que el nombre es perfecto porque realmente me sentí que regresaba a la Universidad, y yo también me permití hacerlo, reconectarme y rehabilitar el espacio. Que la Universidad esté buscando a quienes no pudimos terminar en su momento y reconocer que no solo somos un número sino que somos personas que necesitan un acompañamiento para obtener nuestro título, me parece maravilloso”.

Periodista: Gonzalo J. García/Fotografía: Camila Casero.