La llegada de la dirigente de Hermanos de Italia como primera ministra abre interrogantes para su país, Europa y el mundo.

¿Qué significa la llegada de Giorgia Meloni como primera ministra para Italia, Europa y el mundo? Para entender cómo se llega a esta situación es necesario tener en claro cómo es el sistema político que funciona en Italia y de qué manera se eligen sus representantes. El 25 de septiembre fueron los comicios que dejaron a la representante de la ultraderecha en la puerta de la primera magistratura. “Hay dos grandes sistemas: el parlamentario y el presidencial. En Europa, la mayoría se rige por sistema parlamentario donde conviven un Jefe de Estado y un Jefe de Gobierno, muy distinto a lo que tenemos en América en general”, señaló Juan Gentiletti, investigador del Grupo de Estudios sobre la Unión Europea, radicado en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario. 

En este sentido, el poder ejecutivo está dividido en dos. El Jefe de Estado, que puede ser llamado presidente o rey, generalmente no participa del Gobierno. En el caso del Jefe de Gobierno, al cual se lo llama comúnmente Primer Ministro, o en Alemania se lo denomina como Canciller, es quien maneja la gestión pública y es la figura visible del Gobierno.

En Italia, las elecciones del Presidente y del Primer Ministro son completamente diferentes y asincrónicas. El actual Presidente, Sergio Mattarella, fue reelegido a principios de este año y es el encargado de formar el gobierno, o sea, una vez que se celebran las elecciones generales y se deciden los porcentajes de las principales fuerzas políticas, se negocia un Primer Ministro. “Muchas veces, los intereses partidarios traban la formación del gobierno y el Presidente funciona como un mediador para encontrar un nombre en común”.

Es por esto que Meloni no fue al instante oficialmente la Primera Ministra, ya que se vivieron momentos claves de tratativas. Su partido, Hermanos de Italia, del cual fue una de sus principales fundadoras en 2012, sacó el 26 por ciento de los votos en las elecciones con menos concurrencia de votantes de la historia moderna del país.

“En las elecciones de 2018 sacó 12 por ciento y en las del 2013, 4 por ciento. Su popularidad ha crecido mucho en los últimos tiempos. Pasó de ser un partido casi marginal a convertirse en el ganador de las elecciones”, relató el investigador y agregó: “Ella no es una outsider de la política y se convierte en una excepción en esta esfera por tener una larga carrera. Antes de fundar su partido, fue Ministra de la Juventud de Silvio Berlusconi en su cuarto mandato, con casi 30 años, lo que la convirtió en la Ministra más joven de Italia post Segunda Guerra Mundial”.

Antes de eso, tuvo un recorrido de militancia plagado de polémicas. Desde su juventud se relacionó con movimientos post fascistas y tuvo frases que generaron mucho ruido. Por ejemplo, cuando afirmó que “Mussolini había sido un muy buen político”.

Meloni ha crecido tanto en los últimos años que tuvo el poder de convencer a Silvio Berlusconi para que retirara su apoyo a Mario Draghi, a cambio del puesto de Presidente del Senado. Además, en los meses previos a las elecciones, a su partido se unieron muchos representantes de la patronal y economistas neoliberales antes cercanos al propio Berlusconi o a Matteo Salvini.

El partido de Meloni sacó el 26 por ciento de los votos en las elecciones, lo que le alcanzó para salir primero.
La extrema derecha gana terreno

Gentiletti explicó que era previsible en Italia la llegada de una figura de ese estilo, dado el desempeño macroeconómico que venía teniendo el país desde el 2008. “Por ejemplo, hoy la deuda pública es la quinta más grande del mundo. En ese sentido, viene bajando su PBI per cápita año a año en relación con otros países europeos, a lo que se suma que en 2008 fue uno de los países que resultó más golpeado, junto con Grecia y España, en relación a la crisis del euro. Esto hace que suba el desempleo juvenil, que hoy todavía sigue en torno al 20 por ciento y genera que socialmente se empiecen a mover cuestiones”.

En Italia existe históricamente la famosa división entre el norte y el sur, que promociona una distancia social difícil de romper. “Los del sur son los primeros perjudicados en una crisis, y el norte rico se queja de tener que subsidiar al resto, por lo que la brecha cada vez es más grande. Van cambiando los gobiernos y estos problemas continúan. Meloni justamente captura la idea del pueblo empobrecido”.

Hay una realidad que no puede dejarse de lado, y es el factor político. “Se ha dado que existe una inestabilidad importante, ya que el Primer Ministro no ha completado su período en los últimos años. Eso genera una desilusión en la sociedad y una desacreditación de la política”.

El especialista subrayó que existen características compartidas en los movimientos de extrema derecha a lo largo de Europa. Si bien cada uno tiene su particularidad, un pilar central está en la retórica. “Siempre apelan al pueblo, que está siendo amenazado por otras fuerzas. Meloni fue cultivando eso desde la fundación de su partido, la defensa del pueblo vinculado a la idea de nación. Con eso busca generar unidad cultural y política, recuperando la tradición. En un acto realizado en España junto al movimiento local Vox, ella dice ‘Sí a nuestra civilización y no a quienes quieren destruirla’, lo que es una muestra clara de esta idea de salvar al pueblo”.

En sintonía y como consecuencia, Meloni, como a otros referentes, viene denunciando desde hace tiempo la supuesta “islamización” de Europa, e impulsa estrictas medidas sobre la inmigración, así como el cierre de los puertos para impedir que los barcos de las ONG desembarquen inmigrantes en sus costas.

Meloni, Berlusconi y Salvini hicieron acuerdos para garantizar la gobernabilidad.
¿Qué se puede esperar?

Hasta hace unos meses se podía visualizar un gobierno irruptivo, que iba a terminar con muchas de las actuales medidas fiscales y fuertes cambios en lo que es política exterior. “Desde que Meloni empezó a ver que podía llegar al gobierno, empieza a suavizar su discurso para ganar más votos de aquellos grupos que le eran ajenos. Se prometió una reducción fiscal, lo que tenemos que ver es de que manera lo va a realizar”, apunta Gentiletti.

Este tema fue dialogado con sus dos socios, Berlusconi y Salvini. “Tiene que ver con el contexto de alta inflación, precios de gas y el petróleo volando por las nubes. Por ese motivo, buscan bajar la carga fiscal sobre las empresas y las personas. Hay que ver como lo consiguen, porque tienen una gran deuda pública y no pueden descuidar tanto sus arcas”.

A su vez, otro de sus proyectos se relaciona con la natalidad. La coalición de centroderecha quiere impulsar la protección laboral de las madres jóvenes, para terminar con uno de los problemas más graves del último tiempo. “Meloni tiene la idea de que la familia antecede al Estado y es la unidad básica, entonces busca políticas que favorezca que los matrimonios puedan tener más hijos”.

En términos de política exterior, quiere tomar protagonismo dentro de la Unión Europea. En un inicio, el partido de Meloni se enmarca dentro de lo que era el euroescepticismo, que es la oposición al proceso de integración en Europa. “Siempre fue muy crítica sobre cómo Italia cede soberanía a un ente supranacional, contando el Estado con menos margen propio para resolver sus problemas. Esto tiene su pico máximo en 2016 con el Brexit. Después, cuando empieza a observarse que no es tan sencillo salir de la Unión Europea, los partidos de ese tipo cambian el foco para buscar la resoberanización de algunas políticas cedidas. En este sentido, Meloni subraya la idea de ser una oposición constructiva en Europa para llevar el interés nacional de Italia ante este ente”.

Hay un tema fundamental: el fondo de recuperación que Italia viene recibiendo post covid desde la Unión, donde Italia y España fueron los países más beneficiados en este programa. “Le corresponde a cada país que forma parte una cierta cantidad de dinero que se va entregando en tandas, y cada una se va destrabando según ciertas condicionalidades. Corresponden presentar un plan de cómo se va a ir recuperando la economía de cada país, e incluye cuestiones de género, ecología, industrialización, etcétera. Meloni busca renegociar esto porque afirma que los fondos que le corresponden a Italia se calcularon en otro momento del mundo, donde no había una guerra y los precios de las materias primas eran otros. Esto significa un riesgo porque si Italia lo hace, otros países van a plantear lo mismo, y realmente no hay para girar más fondos a todos”.

Periodista: Gonzalo J. García