La Academia Nacional de Ciencias distinguió a los investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (CONICET-UNR) Néstor Carrillo y Victoria Alonso.
El Premio Consagración Eugenia Sacerdote de Lustig, destinado a científicos de trayectoria, fue otorgado al Dr. Néstor Carrillo, referente en el estudio de cómo las plantas enfrentan condiciones ambientales extremas como la sequía, la salinidad o las plagas. Carrillo se formó en la Universidad Nacional de Rosario, donde también obtuvo su doctorado, y completó etapas de investigación en Alemania y Estados Unidos. Hoy es Investigador Superior del CONICET, lidera el Grupo de Bioquímica del Estrés en Plantas en el IBR y es profesor de Biología Molecular en la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR.
Sus estudios, que combinan ciencia básica con aplicaciones tecnológicas, abren caminos para el desarrollo de estrategias que mejoren la tolerancia de los cultivos al cambio climático, un desafío crucial para la agricultura del futuro y la seguridad alimentaria de millones de personas. Por su trayectoria ya había recibido premios como el Konex de Platino y la Beca Guggenheim, entre otros.
“Agradezco a la Academia porque en definitiva es la comunidad a la que pertenezco la que me premia. Es una decisión política de una academia fundada por Sarmiento, la más antigua del país, en una época en la que los presidentes creían en que la grandeza de la naciones se fundaban en el conocimiento y la educación y no en el equilibrio fiscal, como si fueran antagónicos”, expresó el científico.
Con preocupación sostuvo que “lo que sucede ahora es algo inesperado, lo peor que haya visto. No es un retroceso, es más que eso, porque los científicos vivimos un grado de virulencia sin precedentes, y eso que he conocido la desidia, la ignorancia, el desconocimiento pero nunca nos identificaron como enemigos.”
Carrillo considera que este reconocimiento es más importante aún para los jóvenes que pueden estar dudando de sus carreras, “viene bien para poder exponer la preocupación que tenemos y que no solo es un reclamo gremial: es la convicción inamovible de que el conocimiento y la educación son la base de nuestra sociedad”.
Jóvenes investigadores
En la categoría destinada a jóvenes investigadores, el Premio Ranwel Caputto fue otorgado a la Dra. Victoria Lucía Alonso, cuya investigación busca comprender en detalle cómo funciona el citoesqueleto en el parásito Trypanosoma cruzi, responsable de la enfermedad de Chagas.
Alonso también se formó íntegramente en la Universidad Nacional de Rosario, donde obtuvo su título de Licenciada en Biotecnología y luego su Doctorado en Ciencias Biológicas. Actualmente es Investigadora Adjunta del CONICET en el IBR y docente en el área de Parasitología de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas.
Con más de 20 publicaciones científicas y varios premios en su haber, entre ellos el Research Innovation Award (JoVE, 2022) y el Premio Walter Colli en Brasil (2023), representa a una nueva generación de científicas rosarinas con proyección internacional. Su trabajo constituye un aporte estratégico en la lucha contra el Chagas, una enfermedad olvidada que aún afecta a millones de personas en América Latina, y que requiere nuevas herramientas de diagnóstico y tratamiento.
“Es un gran honor, un reconocimiento que es posible gracias a la Universidad Pública”, dijo la joven profesional y agregó: “Lo valoro mucho más en este momento de crisis para la ciencia donde se nos quita desde el gobierno nacional apoyo y financiamiento, con todo lo que eso significa”.
Los reconocimientos destacan el talento individual de Carrillo y Alonso y a su vez ponen en valor el trabajo colectivo que se realiza en el IBR, CONICET y UNR, donde la formación de recursos humanos, la investigación de excelencia y la transferencia de conocimientos conviven en beneficio de la sociedad. Al mismo tiempo, subrayan el valor de la ciencia pública argentina como motor de desarrollo. La formación de investigadores de excelencia en estas instituciones no solo fortalece la producción de conocimiento, sino que genera impacto directo en salud, alimentación, innovación tecnológica y soberanía nacional.
Periodista: Victoria Arrabal