En “Historias Mínimas”, la historia de la bandera hecha con los bolsillos de los graduados de Odontología.
Sergio Lottero es no docente de la Facultad de Odontología de la UNR y desde hace veinte años colecciona los bolsillos de los delantales de los graduados con los que va construyendo una enorme bandera. “Todo surgió por el sentimiento con los estudiantes porque compartimos muchas horas, como una familia y pensé en guardar algo de cada uno de ellos”, expresa.
Para Sergio la Facultad es su segundo hogar y se acuerda de los nombres de todos los que pasan por el área donde él trabaja: el Centro de Esterilizado. Allí deben ir los alumnos a partir de tercer año cuando comienzan a atender pacientes en la Facultad, para retirar las cajas que contienen el instrumental ya esterilizado necesario para el consultorio. Es Sergio el que se encarga de esa tarea: “Siempre trato de colaborar con los estudiantes porque atrás está el paciente y atrás la Facultad”, dice.
“Te recibe a la mañana siempre con una sonrisa y sabe los números de las cajas de todos los alumnos”, expresa una de las graduadas, Victoria Macerola. “Desde la primera vez que te ve, está dispuesto a ayudarte en lo que necesitas y eso es muy bueno porque uno en la Facultad necesita gente así que te acompañe”, agrega otro de los egresados, Juan Ignacio Latino.
“Somos una institución que no tiene una gran cantidad de alumnos entonces se genera una relación personal y una presencia institucional muy importante”, afirma el vicerrector de la UNR y docente de Odontología Darío Masía y además son muchas horas compartidas: a las de cursado de la carrera durante la semana, se suman actividades de atención a la comunidad los fines de semana. “Somos un Hospital Escuela, educamos y atendemos”, destaca.
En el corazón
Sergio cuenta que si bien él está armando esta bandera, la idea es dejarla en la Facultad, como patrimonio de la institución. “No tengo dudas que esta decisión de recopilar los bolsillos y armar una bandera está relacionado a su sentimiento de pertenencia a Odontología”, afirma Masía quien considera que coleccionar es “construir memoria”.
Muchos de esos bolsillos pertenecen a los papás o mamás de los estudiantes que están cursando hoy, por lo que se recuperan historias y recuerdos. “La sensibilidad de Sergio de pedir el bolsillo no es casual porque el bolsillo está en el corazón de cada uno de nosotros”, dice el docente.
“Me enteré de los bolsillos cuando se empezó a recibir gente que conocía”, cuenta Juan Ignacio. En tanto Victoria sabía de la tradición pero no cuál era la forma en que los recolectaba. De eso se dio cuenta el día que se recibió cuando Sergio se lo pidió luego del típico festejo con huevos y harina que le hicieron sus familiares y amigos. Dado que el delantal se ensucia, él se encarga de lavar el bolsillo y luego colocarlo en la bandera. El trabajo artesanal de ir juntándolos en un lienzo, lo hizo primero una modista, pero luego tomó la posta la hija de Lottero.
Otra tradición de esta Facultad es que cuando los odontólogos se reciben tienen padrinos y madrinas y Sergio es elegido todos los años. Es así como comparte con los graduados y sus afectos el cierre del ciclo de estudio con una cena y entrega de diplomas.
Asimismo, participa de la tradicional “bajada” que organizan los egresados. La misma, que se realiza desde hace cuarenta años, consiste en disfrazarse e ir bajando desde la terraza del edificio de la Facultad los nueve pisos hasta la entrada y recorrer las calles para festejar la obtención del título. “Los alumnos me piden que los acompañe en ese momento tan emocionante y si bien al principio me dio vergüenza disfrazarme, desde 2005 estoy presente todos los años y ahí soy uno más de ellos”.
Periodista: Victoria Arrabal/Producción general de “Historias mínimas”: Sofía López King y Karen Roeschlin