La Profesora Emérita de la Universidad Nacional de Córdoba e investigadora del Conicet fue distinguida por su trabajo en torno a los derechos de las mujeres a la ciudad, a la vivienda y al hábitat.

La arquitecta Ana Falú recibió el título Doctor Honoris Causa de la UNR en un acto que tuvo lugar en la Facultad de Arquitectura y fue presidido por el Vicerector Darío Masía y el decano de esta casa de estudios Adolfo del Río, padrino de la doctoranda.

“Este reconocimiento a mi trayectoria es el reconocimiento a los aportes que muchos y muchas vienen haciendo al feminismo y desde el feminismo, a la disciplina y a la profesión de la arquitectura, el planeamiento, el diseño, el urbanismo. Esto me honra profundamente”, expresó Ana Falú.

La profesora e investigadora sostuvo que “la mirada feminista sobre las ciudades y sobre la arquitectura lo que hace es colocar a las personas y a la vida cotidiana en el centro. Apela a que lo productivo y reproductivo estén  interelacionados para avanzar sobre ciudades vivibles, compartidas. Que el Estado, la comunidad, los gobiernos locales estén atentos a las necesidades sociales más acuciantes”.

Ana Falú brindó la conferencia magistral “Genealogía de una aproximación de género en arquitectura y urbanismo”

El decano de Arquitectura Adolfo del Río expresó: “Es un honor y un privilegio que la arquitecta Ana Falú forme parte de nuestra comunidad académica” y aclaró que “cuando rendimos homenaje a una trayectoria, ponemos en evidencia qué queremos ser nosotros también”. Destacó “su trabajo como guía de acción y su lucha por transformar la realidad, por el respeto a la diversidad, por los derechos postergados, por la igualdad  y por la derrota definitiva de toda discriminación”.

La Arquitecta Ana Valderrama, quien se conectó on line desde el exterior, dijo que  “es muy significativo tener a alguien como Ana Falú que nos ilumine y clarifique las ideas para poder habitar este mundo”. Explicó que es una profesional que  se posiciona siempre del lado de las políticas de la vida y del cuidado, del lado de las organizaciones de derechos humanos, de los movimientos sociales, de las luchas populares, de las luchas de género y diversidades, de los sin techo, de los sin tierra, del lado de los cuerpos racializados, estigmatizados y criminalizados.

“Le agradezco por tanto compromiso social y trabajo realizado. Me llena de orgullo que sea nuestra Universidad Pública quien le otorgue este reconocimiento por su trayectoria”, dijo el Vicerector Darío Masía y agregó: “Este reconocimiento es también a esa estudiante que fuiste y el compromiso político y social que desde muy joven has asumido. Los dolores de la lucha que marcan tu historia familiar y personal no te han mellado en tus convicciones, al contrario han generado redes latinoamericanas e internacionales que dieron origen a espacios institucionales comprometidos con los derechos humanos más vulnerables de nuestra sociedad”

La ceremonia se realizó en la Facultad de Arquitectura de la UNR

Masía destacó su trabajo y compromiso en “la construcción de un organismo feminista que reconoce la división social del trabajo y el uso diferencial del tiempo de mujeres y hombres en razón de las tareas de cuidado” y enfatizó que  “esa agenda urbana feminista coloca como prioritario lo colectivo por sobre lo individual e interpela a la planificación política y técnica”.

Género en arquitectura y urbanismo

Luego de tomar juramento y recibir el diploma y la medalla, Ana Falú brindó la conferencia magistral “Genealogía de una aproximación de género en arquitectura y urbanismo”.

“Hemos venido construyendo este pensamiento crítico de una manera sostenida en el marco del feminismo plural, multicultural, diverso de nuestra América Latina. Hay que feminizar la política y la disciplina y para esto hay que apelar a la creatividad, a la innovación”, dijo

“Poner  lo colectivo por sobre lo individual, conocer los ejemplos que nos permiten interpelar el extractivismo que no sólo es sobre los bienes privados, sino sobre nuestros bienes comunes, la privatización de los servicios, carencia de equipamiento que impacta en la vida de las personas y particularmente en la vida de las mujeres porque viven más pero son más pobres, tienen menos cuidados y pensiones más bajas que los varones”, expresó.

“Necesitamos interpelar esto, estas mujeres que son expulsadas por ese extractivismo sobre el suelo urbano, por alquileres desmedidos, por apropiación de sus viviendas o por imposibilidad de pagar sus hipotecas y terminan ocupando tierras. Hay ejemplos: están las coviviendas, las cooperativas en suelos provistos por gobiernos locales, en sesiones de uso, con programas participativos, cooperativas de profesionales fomentando nuevas formas de trabajo, de convivencia, de generación de comunidad a través de la interrelación potenciando la vida común, pensando  en servicios comunes: lavanderías comunes, lugares de guardado, terrazas de uso común, lugares donde dejar la bicicleta y el cochecito del bebé.

Estas cosas de la microfísica del espacio que hacen a la calidad de la vida cotidiana, desmercantilizar  las viviendas para evitar los usos especulativos,   ampliar el parque de vivienda asequible, generar alternativas seguras, sociales de la propiedad de la vivienda”.

Trayectoria

La Arquitecta Victoria Funes fue la encargada de leer la laudatio con la trayectoria de la homenajeada.

Ana María Falú nació en San Miguel de Tucumán,  estudió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Tucumán y se graduó pocos meses antes del Golpe de Estado en Argentina de 1976. Este acontecimiento marcó su vida ya que al poco tiempo debió dejar el país junto a su marido y dos hijos, viajando primero a Brasil y luego a Holanda.

Falú se involucró en política desde estudiante a través de grupos interesados en las condiciones de vida de los sectores más pobres de la población, trabajando con “villas” y barrios sin condiciones de habitabilidad. Esto le sirvió para iniciar el trabajo sobre la vivienda social y las condiciones del hábitat. En su proyecto de final de carrera desarrolló junto al grupo de tesis, el Proyecto de Cooperativa de Campo de Herrera, en Tucumán. El foco se puso en propuestas de viviendas para una cooperativa azucarera en la que se planteaban tecnologías de bajo coste aprovechando el bagazo de la caña como material para la construcción de paneles prefabricados.​

En Holanda realizó sus estudios de posgrado, primero obtuvo el Diplomado en Vivienda Social en el Instituto de Estudios Internacionales, luego obtuvo el Doktoraal at Bouwkunde de la Universidad de Delft.​ Continuó estudiando asentamientos precarios o informales, centrándose en cuestiones ligadas a la tenencia de la tierra, a los servicios e infraestructuras, entendiendo que las personas pueden construir sus viviendas pero no pueden resolver las infraestructuras, todavía menos cuando son ocupaciones en terrenos periféricos o rurales.

A principios de los 80  se trasladó a Ecuador con un contrato del Ministerio de Relaciones Internacionales de Holanda, como técnica de la cooperación internacional holandesa. La conjugación de diferentes experiencias y su compromiso creciente con el feminismo, que tendrá su inicio en Brasil, le hacen comenzar a trabajar en la relación entre Mujer y Hábitat.

En 1985 regresó a Argentina y ganó el concurso docente en la Universidad Nacional de Córdoba de la que hoy es profesora Emérita.  Asimismo ingresó al Conicet como investigadora científica. ​En el campo de la investigación y acción feminista impulsó numerosas iniciativas institucionales y contribuyó a instalar los temas relacionados con los derechos de las mujeres a la ciudad, a la vivienda y al hábitat.

Fue directora regional de ONU Mujeres para la región Andina entre 2002 y 2004 y para Brasil y Países del Cono Sur  entre 2004 y 2009. Implementó  el Programa Regional LAC de Ciudades sin Violencia para las Mujeres, Ciudades Seguras para todos/as en cinco países de América Latina que fue un hito en la instalación en la agenda feminista, de gobiernos y de la sociedad sobre la necesidad de interseccionar territorios y derechos de las mujeres a una vida sin violencias.  Este programa ejecutado por la Red Mujer y Hábitat y gobiernos locales fue inspiración para otros proyectos y programas regionales y globales.

Periodista: Victoria Arrabal/Fotógrafa: Karen Roeschlin