Una graduada en Ingeniería Eléctrica de la UNR integró un proyecto de investigación en Alemania que busca optimizar el consumo de energía en la transmisión de parques eólicos offshore.
En un mundo en perpetuo movimiento, la búsqueda constante de innovación se convierte en una necesidad, especialmente en áreas críticas para el progreso. Entre estas, destaca la ingeniería eléctrica, un pilar esencial en la estructura de las sociedades contemporáneas. Valentina Tognoli González, graduada en Ingeniería Eléctrica por la Universidad Nacional de Rosario, recientemente, ha participado en un proyecto en Alemania con el objetivo de encontrar soluciones que optimicen el consumo de energía en la transmisión de la generada por parques eólicos offshore.
El proyecto surgió a raíz de que Valentina fue seleccionada para una beca para formar parte de las becas ALEARG-KOSPIE, mientras transitaba el último tramo de su carrera universitaria. Estas becas surgen de un Convenio entre el Ministerio de Educación de la República Argentina y el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) de Alemania. “Es para estudiantes de Ingeniería avanzados, en la cual a quienes aplicamos nos permiten pasar un año en este país”, explicó.
El protagonismo de las energías renovables en la agenda internacional ha alcanzado proporciones significativas, siendo su importancia cada vez más evidente en el contexto global de preservación del medio ambiente y sus recursos. La necesidad de reducir la dependencia de fuentes de energía no renovables ha impulsado la expansión y diversificación de las energías limpias, transformándolas en un pilar fundamental para abordar los desafíos ambientales y promover la sostenibilidad a nivel mundial.
“En Europa lo que se está planificado es poder aumentar la capacidad de generación de energías renovables, ya sea fotovoltaica y/o eólica, en miras de desplazar las tecnologías convencionales basadas en quema de carbón, gas, gasoil, etc. La clave es poder generar energía más limpia”, explicó Tognoli González y agregó: “El problema es que no es gestionable, es decir: no podes elegir cuando el viento sopla o cuando hay sol. Entonces se pierde mucha flexibilidad por lo que tenes que instalar mucha capacidad para después almacenar o desechar”.
La flamante graduada de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR comentó que uno de los inconvenientes se centra en la cantidad de energía que se termina perdiendo al no volcarse a la red. “En Alemania o en Países Bajos, se está trabajando mucho en generar energía eólica en el mar del norte. Particularmente se llama generación ‘offshore’, porque está instalada afuera de la costa, es decir, en el mar. Comparando puntualmente con los parques eólicos ‘onshore’ también se tiene el beneficio de que no es necesario inutilizar grandes cantidades de territorio para instalar molinos eólicos, y se pueden aprovechar para otras actividades más productivas socialmente como la industria o el cultivo”.
¿Cómo traer esa energía a la red eléctrica? Las últimas tecnologías funcionan bajo sistemas de corriente continua de alta tensión (HVDC), lo que se convirtió en una solución eficaz para transportar grandes cantidades de energía a grandes distancias. “La pérdida es más baja que con la corriente alterna, que es todo lo que conocemos y consumimos. Hay muchas instalaciones de parques eólicos offshore con conexiones HVDC, pero el problema es que la energía que no se consume en el momento, se pierde. El objetivo de este proyecto era mostrar una alternativa para no desperdiciar ese resto de energía”, destacó.
El proyecto aborda una solución innovadora que implica la conexión de dos redes eléctricas, permitiendo una regulación más eficiente de la energía con el fin de minimizar las pérdidas y optimizar su aprovechamiento. En el contexto de parques eólicos offshore, esta estrategia se traduce en una gestión más precisa de la energía generada por las turbinas, la cual puede ser distribuida entre diferentes redes según la demanda y las necesidades específicas. “En el medio del mar se encuentran las turbinas eólicas, las cuales generan energía y, al estar conectadas a más de una red, se puede decidir a donde se transporta y dónde se consume esa energía. Así se puede aprovechar mucho mejor que al estar el parque eólico conectado a una sola red”.
Aún no se ha aplicado este sistema pero si existen varios proyectos europeos que apuestan a hacerlo a corto plazo. “Se han presentado varios proyectos del estilo para financiarse entre los próximos diez años, y también variaciones de este sistema. Por ejemplo, estoy actualmente trabajando en una operadora alemana y estamos estudiando la conexión de uno que no está conectado a dos redes sino a tres distintas. De esta forma, se sigue ampliando la cantidad de redes que se pueden alimentar y así la flexibilidad del sistema. Todavía no se ha empezado a construir pero sí se le está dando un tratamiento serio y se está buscando financiación”.
Esta tecnología presenta un potencial considerable para su implementación en nuestro país, dado que se dan todas las condiciones necesarias para su exploración y desarrollo. “Observo que podría brindar múltiples beneficios para Argentina, dada la vasta extensión territorial y las grandes distancias que debemos cubrir. El sistema HVDC ofrece la ventaja de transportar la energía que se genera en un punto para consumirla en otro, sin pérdidas significativas en el trayecto. En Argentina, aproximadamente un tercio del consumo energético se concentra en Buenos Aires, lo que sugiere la viabilidad de establecer conexiones HVDC directas hacia esa región para evitar pérdidas durante la transmisión. Esta estrategia permitiría un transporte más eficiente de la energía hacia muchos de los centros de carga más importantes del país, optimizando así el uso de nuestros recursos energéticos”
Experiencia internacional
La estructura del programa de estudios en Alemania consta de 2 meses de curso de alemán intensivo previo a las actividades formativas. Además, las y los seleccionados tienen la posibilidad de poder seguir asistiendo a cursos de alemán durante el primer semestre de sus estancias.
Durante el primer semestre, las y los estudiantes están radicados en una universidad alemana para la realización de un semestre de intercambio. Luego, se realizan de 4 a 6 meses de práctica supervisada en una empresa alemana o, alternativamente, permanecer otro semestre en la universidad alemana y realizar un trabajo de investigación aplicada formando parte de un equipo de investigación.
“Durante mi tiempo, estuve en la Universidad Técnica de Braunschweig, dónde aproveché para cursar materias que eran de mi interés y hacer cursos tanto de inglés como de alemán. Uno de mis objetivos más importantes era hacer un proyecto de investigación, por eso desde antes de irme me contacté para ver que podía investigar. Tuve una entrevista y me puse a trabajar en este proyecto”, detalló.
Este trabajo realizado, le sirvió a Valentina para presentarlo en su vuelta a Argentina como el proyecto final de la carrera. “A mis profesores les gustó mucho, verdaderamente fue una experiencia increíble. Otros estudiantes de la UNR también se interesaron en el tema y se realizaron otros proyectos y presentaciones en la Facultad a partir de este tema”.
Periodista: Gonzalo J. García