Se presentó el libro “El delito televisado. Cómo se producen y consumen las noticias sobre inseguridad y violencia en la Argentina” en el marco del Congreso sobre Democracia.

Investigadores de varias Universidades Nacionales analizaron cómo se producen y consumen las noticias sobre inseguridad y violencia en Argentina.

Las informaciones policiales y de inseguridad está ocupando progresivamente más espacio en los noticieros y en la actualidad alcanzan el 30% del tiempo total, de acuerdo al último Monitoreo que realizó la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual. Con el objetivo de analizar el circuito productivo de estas noticias, un equipo de profesionales del campo de la comunicación y la sociología realizaron una investigación en base a ocho noticieros centrales de las ciudades de Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza, entre 2016 y 2020.

El resultado de este trabajo se plasmó en el libro “El delito televisado. Cómo se producen y consumen las noticias sobre inseguridad y violencia en la Argentina”. El mismo fue presentado durante el XV Congreso Nacional y VIII Internacional sobre Democracia que tuvo lugar en la Facultad de Ciencia Política, por Martín Becerra y Natalia Aruguete de la Universidad Nacional de Quilmes y Natalia Raimondo Anselmino de la Universidad Nacional de Rosario, editores junto a Gabriel Kessler.

“La investigación aborda los condicionamientos en torno a la propiedad de los medios, las rutinas de producción de las noticias, el contenido noticioso y su construcción discursiva, así como la instancia de recepción de este tipo de discurso”, expresa Raimondo Anselmino.

Dado que los medios de comunicación compiten con múltiples plataformas que están tratando de captar la atención del espectador, “en el modo de narrar el delito hay una tendencia a la espectacularización a través de sonidos y reiteración de imágenes más propios de la ficción, sobre todo en los informes especiales”, afirma la investigadora y agrega que la TV tiende a simplificar el hecho que cuenta y lo descontextualiza.

“Los hechos son narrados desde una dimensión individual que se centra en historias mínimas y se enfoca en los personajes involucrados en ese evento en desmedro de un planteo contextualizado que atienda a los condicionantes sociales, políticos, económicos o culturales que hay detrás”, explica Raimondo Anselmino.

Enemigo social

El discurso de información sobre el delito suele cristalizar estereotipos de delincuentes y construir una espacialidad entre el bien y el mal, entre un “nosotros” y un “ellos”, según describe Natalia Aruguete y agrega: “Como estas noticas necesitan identificar a las víctimas y a los victimarios, el discurso se inscribe en la personalización, la controversia, la descontextualización y la deshistorización, rasgos de la dramatización de la noticia”.

Quien comete el delito se convierte en un “enemigo social” y allí pesa mucho la clase social de los involucrados en los hechos. “Las personas de escasos recursos suelen ser presentadas como victimarios (aún cuando sean víctimas de la acción violenta) y su voz no tiene crédito en las coberturas”, afirman.

La forma de identificar a los personajes involucrados está relacionada con el tratamiento de las fuentes de información. De acuerdo al relato de los propios trabajadores de prensa acerca de sus rutinas, cuando llegan a los canales, el primer conocimiento que tienen de un caso es a través del parte policial.

“Esa fuente primaria (policía y poder judicial) es la que habilita la noticia y da el curso del encuadre que va a tener. Quienes participan como otras fuentes terminan reforzando la perspectiva oficial y cuando no es así, aparecen desacreditadas”, sostiene la investigadora.

“Existen formas estereotipadas de referirse a determinados personajes y territorios definidos como “inseguros” a los que los periodistas no pueden acceder sin policías, lo que también  condiciona el tipo de cobertura”, agrega y esto explica algo naturalizado: la sobrerepresentación de las noticias de delito en territorios de mayor poder adquisitivo. 

“En términos de valores morales y de derechos humanos, importan más los perjuicios sobre la propiedad que el derecho a la vida”, dice Aruguete y ejemplifica: frente al asesinato de una persona que intentó robar en un supermercado por parte del custodio, tanto quienes  configuran discursivamente ese evento como los receptores, consideran que ´el asesinado se la buscó´.

Propiedad de los medios

Una de las hipótesis planteadas en el trabajo es que la estructura concentrada de la propiedad de los canales de televisión en las principales ciudades argentinas interviene decisivamente en la cobertura de noticias, opiniones relacionadas con el delito y rutinas periodísticas.

Según explica Martín Becerra “en los canales de interior hay, por un lado, una zona más vinculada con ficción, entretenimiento y parte de las noticias nacionales e internacionales provistas por Buenos Aires. Y, por otro lado, una zona de producción local de noticias que tiene mejores índices de audiencia. Sin embargo, aun teniendo cobertura local se reproduce cierto patrón tecnoestético del canal cabecera de Buenos Aires.

De acuerdo a la descripción que hacen de su trabajo los periodistas de noticieros que cubren delitos en Rosario, Córdoba y Mendoza, hay limitaciones económicas de recursos y de tiempo. Estas condicionan los procesos de organización del trabajo en los canales de televisión, en sus diferentes fases (pre producción, producción y posproducción) principalmente con relación a los criterios de selección y cobertura de temas como de edición y presentación de los contenidos.

Además los investigadores consideran que los niveles de cobertura de casos de delito están afectados por ciertos “eventos clave” que pueden suscitar mayor interés para los medios e influyen en los criterios de selección u omisión de la cobertura de los casos y consecuentemente de los niveles de relevancia noticiosa.

En cuanto a la recepción de dichas noticas observan que es intersticial y está condicionada por una serie de factores tales como la evaluación que el público hace del medio en cuestión, variables ligadas a los propios individuos, en particular la experiencia de victimización, la percepción de cercanía o lejanía geográfica y/o social con el caso noticiado y otras como el género, la ideología sociopolítica y la edad.

El proyecto “De la propiedad a la recepción: estudio integral del circuito productivo de las noticias sobre delito e inseguridad en los noticieros televisivos de mayor audiencia de la Argentina” fue financiado por el Conicet, la Defensoría del Público Audiovisual de la Nación y por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

Martín Becerra es investigador del Conicet,  Doctor en Ciencias de la Información profesor de la UNQ y de la UBA. Natalia Aruguete es investigadora del Conicet, Doctora en Ciencias Sociales y profesora de la UNQ. Natalia Raimondo Anselmino es investigadora del Conicet, Doctora en Comunicación Social, docente de grado y posgrado de la UNR y la UAI.

Periodista: Victoria Arrabal/Fotógrafa: Mery Carreras