Estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y Estadística generaron una fórmula matemática que estima el valor de mercado de los jugadores de las principales ligas del mundo.

Estamos en una época dorada en cuanto a los fichajes de los jugadores de fútbol dentro de las ligas europeas. Grandes equipos, los cuales muchos están manejados por empresas o magnates, invierten fortunas para contratar figuras mundiales y reforzar sus planteles. Un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y Estadística de la Universidad Nacional de Rosario creó un modelo estadístico que estima el valor de mercado de los jugadores de fútbol de élite.

El equipo está conformado por los estudiantes de la Licenciatura en Estadística: Natalia Macchi, Santiago García Sánchez, Agustina Margaritis y Román Tanducci. Ellos realizaron este trabajo bajo la tutela de los docentes Lucía Andreozzi y Javier Bussi, encargados de dictar la asignatura Econometría dentro de la carrera.

“En la materia usábamos un libro como guía, el cual planteaba un modelo matemático con jugadores de béisbol. Entonces los docentes nos plantearon si queríamos hacer un modelo parecido, con otras variables, aplicado al fútbol”, explicó Natalia.

La idea era poder desarrollar una ecuación que permitiera conocer el valor real de los jugadores de élite en el mercado actual. “La idea fue hacer algo más nuestro. Empezó como un trabajo final para la materia, y nos gustó tanto, que nos motivaron para presentarlo en el Coloquio Argentino de Estadística”, añadió Agustina.

Fue así que el equipo se llevó el primer premio dentro de la categoría de póster por su trabajo titulado “Análisis del valor de mercado de jugadores de fútbol de élite”. Gracias al apoyo de la UNR, pudieron viajar a defenderlo a Bahía Blanca.

“De entrada la limitación fue definir qué es el valor de un jugador de fútbol. Terminamos conformando un valor que en cierta medida es subjetivo. No se determina solamente por el salario que cobra dicho jugador, se tiene en cuenta otros factores. Esa es la variable que queríamos explicar”, argumentó Santiago.

Los cuatro estudiantes determinaron que una de las variables a tener en cuenta, y que era muy interesante añadir al modelo, era la relación del jugador con las redes sociales. “Era algo que vimos que no se tenía en cuenta hasta el momento, por lo que incluimos la cantidad de seguidores de Instagram como variable”, desarrolló Agustina

Este punto fue clave, ya que el jugador no es contratado solamente por su desempeño en el campo de juego, sino un diferencial para ser seleccionado por sobre otro jugador puede ser su popularidad y todo lo que eso conlleva. “Elegimos Instagram porque creemos que es la red social más popular y masiva de este momento. Podríamos haber elegido otra, pero nos dimos cuenta que en esta es donde más jugadores de fútbol hay y que la usan como medio de comunicación”, agregó Román.

Esta nueva variable se ha ido haciendo más notoria en los últimos años, y los ejemplos de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo son fundamentales. Ambos fueron contratados por sus clubes por su excelencia y calidad en el campo de juego, pero en sus contratos incluyen compromisos comerciales de imagen que incluyen sus redes sociales personales.

“Las variables que finalmente se incluyeron en el modelo fueron: la edad, la cantidad de goles y asistencias por partido en la última temporada, la cantidad de partidos jugados, las tarjetas amarillas, y como dijimos antes, la cantidad de seguidores en Instagram”, detalló Natalia.

“Hay variables que contribuyen en sentido positivo y otras en negativo, por ende hacen que aumente y disminuya el valor”, explicó Román.

Mientras estaban probando el modelo les llamó la atención que Messi era posicionado como un valor extremo que se separaba del resto. “Surgió desde los datos, porque vimos que había un valor que escapaba al de los demás y supusimos que era Messi. Sorprendentemente encontramos que nuestra presunción era correcta. Luego al agregar nuevas variables mejoró el ajuste del modelo, pero fue importante que desde los datos Messi también era el mejor jugador del mundo”.

 “Estuvo bueno cuando ellos mostraban situaciones que eran bien del fútbol y los datos hablaban de lo mismo, captaban hasta esa particularidad”, explicó Lucía Andreozzi. 

La experiencia del coloquio también significó un aprendizaje increíble para los cuatro, ya que pudieron conocer a otros profesionales del área de distintos puntos de la Argentina. “Estuvo muy bueno por todos los estadísticos que conocimos y todos los trabajos diferentes que descubrimos. El tema del mundial hizo que nuestra investigación tenga un boom importante y lo potenció mucho más”, detalló Natalia.

Este evento les brindó la posibilidad también de tomar cursos, lo que ayudó a enriquecer sus desarrollos académicos. “Hicieron varios cursos que suman a la instancia de formación que están atravesando. Creemos que es una oportunidad muy buena para los estudiantes poder tener estas experiencias, conocer a gente nueva, pero sobre todo, seguir formándose”, agregó Javier Bussi.

Enzo Fernández en su presentación en el Chelsea.
Enzo Fernández hizo un gran mundial, lo que provocó que su valor en el mercado aumente.

Aprender desde otro lado

Ambos docentes coincidieron en que su materia fue “medio un experimento” porque existía un vacío en cuántos docentes que dicten esa asignatura en la Licenciatura en Estadística. “Había la necesidad de los y las estudiantes de contar con esta materia, y a nosotros nos interesaba que eso suceda. Poner en circulación nuevamente estos conocimientos implica el esfuerzo de tener que armar todo el contenido, y nos lanzamos ambos a este proyecto”, expuso Bussi.

Tanto Javier como Lucía coinciden en que es necesario generar una visión y pensamiento crítico de la realidad, y es lo que se busca hacer dentro de la materia. “Es lo más difícil de transmitir, sobre todo en la estadística. Sabemos que los modelos estadísticos los pueden encontrar en cualquier libro o manual, está escrito y se puede ver, pero por ejemplo decidir las variables que se incluyen, el porqué ponderar una por sobre la otra, cuáles son los potenciales problemas, entre otras cosas, depende de ese razonamiento crítico que les quisimos enseñar”, puntualizó el estadístico.

Los docentes destacaron que les sorprendió ver cómo los estudiantes pudieron detectar los alcances y limitaciones de su propio trabajo. “Puede haber mucha técnica y teoría en juego, pero la creatividad es lo que uno no puede reemplazar y es lo que brinda un plus. Muchas veces se piensa en el dato como una cosa que viene construida y refleja una realidad, y eso también está en discusión”, explicó Lucía.

La docente recordó el funcionamiento ejemplar que tuvieron como equipo y como se fueron acompañando en las distintas instancias de este trayecto. “Cada uno brindó su potencialidad y cumplió un rol destacado dentro de la dinámica del equipo. Es muy agradable verlos como docentes trabajar de esa manera. Nos sentimos satisfechos porque ellos fueron más allá de nuestro planteo inicial, lo que marca que les interesó la materia pero también que pudieron potenciarse entre ellos”.

Por último, el hecho de que los estudiantes tuvieran que realizar un trabajo de investigación y desarrollarlo es un reto importante para cualquier persona que esté a punto de terminar su carrera universitaria. “Investigar es animarse a superar obstáculos y a frustrarse, algo que no está de moda decirlo pero que sucede, pero es lo que a uno le permite moverse en el medio: enfrentarse a los datos reales y encontrar soluciones. Para mí fue una experiencia hermosa, que se pueda conocer el trabajo que hicieron, y que haya significado una vivencia única”, meditó Andreozzi.

Periodista: Gonzalo J. García/Fotógrafa: Camila Casero.