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El 28 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Derecho al Acceso Universal a la Información, compartimos la reflexión de Pablo Bürki, profesor de la Facultad de Derecho e integrante del CEIDH “Prof. Juan Carlos Gardella”

Desde el año 2016 se celebra el Día Mundial del Derecho al Acceso Universal a la Información. Esta fecha fue instaurada por la Asamblea General de la UNESCO, el año anterior. Si bien no es un derecho de larga data, su antecedente principal se encuentra en la conmemoración del día del “Derecho a Saber”, que se viene celebrando desde el año 2002 a propuesta de varios países africanos. Podemos decir que se trata de un derecho humano nuevo y que es producto de los avances tecnológicos en materia de comunicación. En él, se encuentran como pilares derechos históricos en el terreno de los derechos humanos como la libertad de expresión, el derecho a la información, el derecho a la dignidad, al honor y a la autodeterminación informativa.

Actualmente, muchos países del mundo cuentan con leyes de acceso a la información pública y regulaciones en algunos medios de comunicación. Sin embargo, ante la falta de definiciones concretas por parte de los estados en políticas comunicacionales, y el avance de grandes empresas de plataformas, que cada día concentran más contenidos e información digital, todavía queda un gran camino a recorrer. En consecuencia, la sociedad del siglo XXI se encuentra en una batalla cultural, económica, política y de producción de sentido sin precedentes en la sociedad del conocimiento. Estas problemáticas se ven reflejadas en prácticas como la cultura de la cancelación, los procesos de desinformación y difusión de fake news (noticias falsas), el lawfare, los discursos de odio que atacan a cualquier idea o pensamiento diferente o disidente y en cualquier tipo de censura que se instale como práctica.

Es por eso, que como ciudadanos de una sociedad que entró en una vorágine de crecimiento tecnológico y digital nunca antes visto en la historia, se nos hace imperioso conocer que estos tiempos nos traen nuevos desafíos. Por consiguiente, es necesario entender que el acceso a la información es un derecho fundamental, y debemos reclamar su garantía y protección, para contar con información accesible, clara y abierta, respetuosa de las diferencias ideológicas, de la otredad, que genere las posibilidades de debate público y de un “pensar colectivo”. Solo así estaremos en condiciones de reafirmar la democracia para nuestro presente y de las generaciones futuras. 

Prof. Pablo Bürki
CEIDH “Prof. Juan Carlos Gardella”
Facultad de Derecho