Una investigación sobre lesiones hepáticas inducidas por fármacos en Latinoamérica muestra cuáles son las drogas más consumidas y los daños que producen.

Un estudio muestra el crecimiento del consumo de anabólicos utilizados para aumentar la masa muscular que están prohibidos a nivel mundial por los daños que producen pero que en nuestro país circulan sin controles. Los datos surgen de una investigación sobre lesiones hepáticas inducidas por fármacos que analizó durante doce años a 468 pacientes de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Venezuela y Uruguay.

Entre los fármacos más tóxicos está en cuarto lugar el estanozolol, mal llamado “suplemento vitamínico” que es un esteroide anabólico consumido generalmente por jóvenes en desarrollo y puede generar fenómenos depresivos severos, tumores hepáticos, hipotrofia testicular,  etc.

Por otra parte, dentro de los diez primeros de la lista está el té verde, llamado científicamente “camellia sinensis”. No se trata del té bien manufacturado sino de aquellas hojas de dudosa procedencia que están contaminadas con bacterias, metales pesados, mercurio y por lo tanto resultan hepatotóxicas.

El trabajo fue realizado por un equipo de investigadores bajo la coordinación de Fernando Bessone, Profesor titular de Gastroenterología en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR y director del servicio en el Hospital Provincial del Centenario. El mismo fue premiado en el  XXVIII Congreso de la Asociación Americana para el Estudio del Hígado en Bogotá, Colombia, en septiembre pasado.

“Es un orgullo para Rosario porque es la primera vez que hay un registro latinoamericano”, expresa Bessone acerca de este trabajo estadístico que muestra cuáles son los fármacos más consumidos y qué toxicidad hepática producen en nuestra región. Cabe destacar que los datos coinciden con los de otros países como Estados Unidos, España y Japón.

El estudio analiza de manera detallada las dosis consumidas, los efectos, los resultados de laboratorio, las reacciones, su duración y las consecuencias. Del análisis surge un listado de fármacos hepatotóxicos. En primer lugar está amoxicilina clavulánico y le siguen nitrofurantoína, diclofenac, estanozolol, anti-TBC, nimesulide, ibuprofeno, atorvastatina, metildopa y camellia sinensis.

Toxicidad

El Profesor de la UNR explica que existen drogas que tienen un efecto directo y ante el consumo de una determinada dosis, toda persona sufre una falla hepática. Como ejemplo menciona la ingesta de 10 gramos de paracetamol. Por otro lado, existen aquellos fármacos que producen una reacción idiosincrásica, es decir una respuesta anormal en ciertos individuos que poseen una vía metabólica alterada. Esto ocurre en la mayoría de las drogas.

En este sentido aclara que el primer lugar de la amoxicilina clavulánico, que es el antibiótico más vendido en el mundo para enfrentar varias infecciones, no significa que es más hepatotóxico, sino que tiene un consumo alto lo que determina más efectos idiosincrásicos. En cuanto al antiinflamatorio nimensulide, el hepatólogo destacó que gracias a las investigaciones que demostraron que produce  fallas hepáticas, se dejó de comercializar en nuestro país.

La preocupación está puesta en estanozolol, un esteroide anabólico sintético utilizado para aumentar las masas musculares. A pesar de estar prohibido a nivel mundial,  en nuestro país se puede adquirir fácilmente en los gimnasios, en otros ámbitos del deporte e incluso por internet, sin ningún tipo de control. “Los jóvenes lo mezclan con vitamínicos y produce una alta toxicidad hepática”, alerta Bessone quien hace ya diez años describió casos de hepatitis graves con insuficiencia renal relacionados con su  ingesta.

Este mal llamado “suplemento vitamínico” es consumido por menores de 18 años que se están desarrollando y, según detalla el especialista, puede generar fenómenos depresivos severos, tumores hepáticos, hipotrofia testicular,  etc. El compuesto que debería llamarse  “componente hormonal”  estaba en el 12° lugar y actualmente ocupa el 4° lo que significa que el consumo aumentó, “algo vergonzoso porque está prohibido por ley”.

Bessone explica que los anabólicos esteroides se dividen en tres grandes grupos: la testosterona, la dihidrotestosterona y la nandrolona. En nuestro país sólo esta última está autorizada por Anmat pero su venta debería realizarse exclusivamente bajo prescripción médica y para tratar algunas enfermedades poco frecuentes.

De hecho, un comunicado emitido por la Administración Nacional de Medicamentos advierte sobre el uso abusivo de anabólicos: “En la Argentina el único esteroide anabólico autorizado como especialidad medicinal es la nandrolona, que sólo puede expenderse bajo receta archivada para pacientes que presentan determinadas condiciones. Sin embargo, es sabido que también se consume en ocasiones de manera indiscriminada e ilegal, sin prescripción médica, en los gimnasios y en otros ámbitos del deporte”.

Y continúa: “El consumo de nandrolona y de otros anabólicos como el estanozolol y la testosterona se encuentra prohibido por las normas antidopaje, tanto antes como durante la competencia, sin embargo algunos deportistas los utilizan para aumentar su rendimiento, sobre todo en el caso de actividades como el fisicoculturismo y el tenis. Para ello, aprovechan que dichas sustancias se ofrecen ampliamente por internet, en algunos casos sólo con una etiqueta donde figuran el nombre de la droga y el de la droguería”. Finalmente alertan que “quienes recurren a los anabólicos no suelen tener en cuenta que su uso prolongado, incluso en individuos sanos, puede generar eventos adversos graves, e incluso la muerte”.

Por otro lado, dentro de los diez primeros de la lista está el té verde, llamado científicamente “camellia sinensis”. No se trata del té bien manufacturado sino de aquellas hojas de dudosa procedencia que están contaminadas. “Acá vimos morir a un paciente que se tomaba tres litros por día de un té que preparaba con una hoja recomendada para la artrosis”, comenta el médico del Centenario. El especialista explica que las hierbas son hepatotóxicas porque poseen muchos compuestos desconocidos y pueden estar contaminadas con bacterias, metales pesados, mercurio.

El estudio denominado “Características del daño hepático idiosincrásico inducido por fármacos en América Latina. Experiencia de largo plazo de la red Latindili” no sólo expone un registro sino que tiene implicaciones regulatorias para la promoción de la salud pública. Algunos medicamentos que causan daño hepático fueron retirados del mercado debido a su toxicidad, como el nimesulide y en esta oportunidad se advierte el avance del estanozolol y los riesgos que ello implica.

Periodista: Victoria Arrabal/Fotógrafa: Camila Casero