Formadas en la UNR, la Arquitecta Vanesa Galdeano y la Licenciada en Bellas Artes Anali Chanquia pintaron murales en 60 ciudades y se convirtieron en referentes del arte urbano a nivel internacional.
Sus obras son retratos transformados poética y visualmente que luchan por salir de los moldes arquitectónicos. Son las hacedoras de “Medianeras”, un proyecto que nació en Rosario en 2013 y hoy ya recorrió más de veinte países con sus pinturas a gran escala.
“Estamos muy orgullosas con el recorrido que hicimos, el crecimiento y la experiencia a lo largo de estos años que es fruto de mucho trabajo”, dicen las artistas que pintaron muros con grúas de 40 metros de altura en tan sólo algunos días en ciudades como Milán.
Ambas reconocen que la Universidad Nacional de Rosario modificó sus miradas hacia el mundo de una manera crítica y reflexiva que las atravesó. Vanesa recuerda la Cátedra Galli de la carrera de Arquitectura donde hacían importantes trabajos en la periferia lo que le generó una mirada urbanística y social de la ciudad. Otra cuestión que destacan de su formación académica es el trabajo en equipo. “Uno nunca hace las cosas solo sino con un colectivo de artistas y eso enriquece”.

La ciudad de Rosario les permitió llevar adelante sus primeros proyectos y crecer de manera autogestiva. Hoy tienen un amplio reconocimiento en la escena internacional por sus pinturas en ciudades como Bruselas, Palermo, Oslo, Lisboa, Viena, Brisbane (Australia), Wuppertal (Alemania), Vancouver (Canadá), Tirana (Albania), Morlaix (Francia).
Cuando se conocieron, Vanesa ya había tenido un largo recorrido en la producción de mosaicos urbanos en la ciudad de Rosario. A través de un taller de enseñanza y producción de mosaico llamado “Musivaria”, llevó a cabo más de treinta intervenciones públicas y colectivas de formatos varios y en diferentes sitios. Hoy todavía pueden encontrarse en los parques, las plazas, la terminal de ómnibus, en los pretiles del río, entre otros.
Por su parte, desde el año 2010, Anali ya experimentaba con diversas técnicas de pintura realizando murales en las calles de esta ciudad que formaban parte de una serie denominada “artista busca pared”. El objetivo de esta propuesta era realizar muros por la ciudad que derivaran en la creación de nuevos muros para continuar pintando y experimentando por las calles de Rosario.

Cuando Vanesa y Anali se encontraron, comenzaron a mezclar técnicas de pintura y mosaico con diversos formatos. Esto llamó la atención de varias empresas de la ciudad quienes buscaron la originalidad de sus propuestas y a la vez apoyaron su carrera artística. Empresas del sector agrario, constructoras, aseguradoras, mutuales, sanatorios, restaurantes y bares locales permitieron el crecimiento del proyecto “Medianeras” y la posibilidad de realizar sus obras en formatos más grandes.
En paralelo a los encargos por parte de privados, aprovecharon para desarrollar su obra más artística y libre, presentando propuestas a festivales de arte urbano que comenzaban a realizarse en diversos países y que promovían el encuentro de artistas internacionales. Consistía en pintar una obra mural de gran formato en un determinado tiempo, generalmente entre 4 y 15 días.
“Los murales que hacemos se centran en la representación del género en su gran diversidad. Aunque las obras varían según el lugar donde se ubican y la forma en que se las observa, una de las características más comunes son los rostros cuyo género no es necesariamente determinado”, explican y aclaran que esta temática se corresponde estrechamente con la forma que tienen de pensar el género.

“A lo largo de nuestra educación, se nos enseña lo que hace un hombre y lo que debe hacer una mujer. Sin embargo, el género es algo que puede fluctuar y no adaptarse a una imposición binaria. Queremos que nuestras obras transmitan el mensaje de un concepto amplio de género, contemplando todo el espectro del colectivo”, resaltan.
Sus obras reflejan individuos, transformados poética y visualmente, que luchan por salir de los moldes en los que se encuentran, que son las arquitecturas en las que están. “Por eso nos gusta hacer agujeros en los espacios, como si derribáramos los muros”, afirman.
Realizan estos retratos con una técnica denominada “anamorfosis” que consiste en distorsionar la imagen a medida que se aleja del punto desde donde se observa creando un efecto ilusorio tridimensional. “Esta distorsión nos interesa porque genera una deformación de la imagen creando otras bellezas, alejadas de la representación proporcionada de los retratos”, expresan.

La idea es reivindicar la validez de los diversos puntos de vista y aclarar que muchas veces algunas perspectivas son ilusorias. También recalcar que todos tenemos puntos de vista diferentes según nuestra historia, cultura, lugar de origen, realidades.
El proceso creativo tiene varias etapas. Una vez que está decidido sobre qué pared puntual se hará la obra, realizan una investigación del lugar, ven cómo es el recorrido para llegar a ella, cómo se ve desde distintos puntos, si tiene ventanas, qué hay alrededor y cuál es la paleta de colores del entorno para tenerla en cuenta. En función de toda esa información, conversan las ideas y realizan el diseño. Luego, llega el momento más importante para ellas, el de la acción, el de plasmar la obra en la pared y compartir el lugar con la comunidad. “Ahí hay otra vuelta y suceden cosas que no estaban planeadas”
¿Por qué el nombre “Medianeras”? A diferencia de los muros, encargados únicamente de separar los espacios, las paredes medianeras son aquellas compartidas entre vecinos. Este concepto las atrajo porque creen que el arte público, además de embellecer las ciudades, reivindica la idea del lugar compartido por todos los individuos. “Buscamos cambiar la manera habitual en la que percibimos los espacios, alterar el paisaje urbano de la calle y disfrutar en el proceso creativo junto a la comunidad de cada sitio donde pintamos”, dicen.

De esa forma participaron en varios festivales pero cuando llegaron a Lisboa, se dieron cuenta que su obra había crecido y que “Medianeras” ya tenía renombre internacional. Esto ocurrió en 2017 al ganar un concurso con otros diez artistas de Iberoamérica entre los que se encontraban el brasilero Kobra y la colombiana Gleo, entre otros. Luego, el crecimiento fue exponencial y recibieron muchas invitaciones para representar a Argentina.
A la par, Vanesa y Anali dictan conferencias y clases de arte urbano en Universidades de Arte, como UDESC Florianópolis, QUT en Brisbane, Australia y conversaciones en lugares como THRIVE en Vancouver, Canadá y Museumsquartier en Viena, Austria.
En un inicio viajaban a estos lugares desde Rosario pero cada vez su trabajo fue más solicitado y necesitaban trasladarse más seguido. Entonces, hace cuatro años, decidieron mudarse a L´ Hospitalet, Barcelona, una ciudad con una ubicación geográfica privilegiada que les permite moverse fácilmente. Sin embargo, regresan todos los fines de año a Argentina para llevar adelante proyectos urbanos propuestos por diferentes empresas o municipios.

Acerca de su inspiración, Vanesa no deja de lado a los clásicos pero la mayor influencia la recibe de sus propios compañeros, “los artistas contemporáneos que están en la misma lucha” porque cree que el arte urbano es una acción social.
Web: www.medianeras.net IG: @medianerasmurales
Periodista: Victoria Arrabal