Los especies provienen de la Escuela Agrotécnica y por el Vivero Forestal Agroecológico de la Facultad de Ciencias Agrarias.

La Universidad Nacional de Rosario entregó 6000 árboles nativos desde que comenzó la convocatoria “Protectora y Protector de Especie Nativa dentro de tu domicilio” correspondiente al Programa Arbolar del Área de Política Ambiental. En esta ocasión, se entregó una tanda de mil ejemplares en la Plaza San Martín a quienes se inscribieron previamente.

El Programa Arbolar UNR es un dispositivo del Área de Política Ambiental de la Universidad que se incorpora a iniciativas de gobiernos locales, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales, con el objetivo de plantar un billón de árboles en todo el mundo.

“Esta es una iniciativa de la Universidad Pública para seguir sumando acciones que promuevan un mayor cuidado de nuestro ambiente. Desde que asumimos, pusimos todos los recursos con los que cuenta la UNR a disposición para jerarquizar este tema en el debate colectivo. Buscamos no sólo contribuir desde el desarrollo científico y la producción de conocimiento, sino también con acciones, en la generación de una cultura de cuidado”, expresó el rector Franco Bartolacci.  

El Rector subrayó que esta convocatoria en particular se inscribe en el poder hacer desde la Universidad que la ciudadanía se comprometa con el cuidado de los espacios verdes. “Con el inicio de la segunda gestión decidimos jerarquizar un área de sustentabilidad ambiental y eso va a hacer que podamos multiplicar todas las políticas ambientales hacia dentro y fuera de nuestra comunidad. Este es un punto clave: sumamos 6000 árboles distribuídos desde que se puso en marcha el programa y vamos a seguir trabajando en este sentido”.

En esta oportunidad, se entregaron diversas especies de árboles nativos: sen de campo, ceibillo, guayabo, aguaribay, acacia visco, cina cina, algarrobo blanco, ceibo, ñandubay, jacarandá, timbó blanco, timbó colorado y tala. Los mismos están destinados para ser plantados en domicilios particulares.

El programa tiene como objetivo la difusión de las mejores prácticas de cuidado de nuestros árboles, el compromiso de formar una educación en la conciencia ambiental, y el desarrollo sostenible de nuestro planeta, es decir, poder cubrir plenamente las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garantizando el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del ambiente y bienestar social.

Desde la Universidad se abrió una lista para que los y las integrantes de la comunidad puedan acceder a la adopción de un árbol, los cuales vienen acompañados con un instructivo que indica los métodos de cuidados y los procesos de crecimiento de los ejemplares. “Estamos muy contentos con la respuesta de la ciudadanía. Tenemos un sistema de trazabilidad por el cual sabemos el destino del mismo, y así poder realizar un monitoreo sobre la situación de cada uno que damos en adopción y corroborar que se esté cuidando como corresponde”, comentó Matias De Bueno, responsable del Área de Política Ambiental y añadió: “Todo este trabajo se puede hacer gracias a que la UNR tiene como uno de sus pilares de gestión la cuestión ambiental. Ya entregamos 6000 ejemplares desde que se inició el programa”. 

Especies nativas

Si bien las especies forestales que más se difundieron entre los árboles urbanos fueron las exóticas, este programa sugiere utilizar especies nativas de la provincia como el algarrobo, el ibirá-pitá, los sauces, oreja de negro, quebrachos, ibirá, talas o espinillos. 

Estas proveen servicios ecosistémicos como la producción de oxígeno o la reducción de la temperatura del ambiente, sirven de hábitat de diversas especies animales y vegetales y reducen los impactos producidos por algunas actividades antrópicas como el ruido y la polución.

Asimismo, contribuyen al control de la erosión hídrica y eólica de los suelos, la fitorremediación de los mismos y la protección de las urbanizaciones. Hay que destacar que estas especies hacen un uso más eficiente de los recursos locales y sus demandas son menores, en la mayoría de los casos, que las de las especies exóticas.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que las ciudades puedan ofrecer entre 10 y 15 m2 de espacios verdes por habitante, distribuidos proporcionalmente según la densidad de población. La ciudad de Rosario tiene casi 12 m2, por encima del resto de las grandes ciudades argentinas como Córdoba (7 m2) o Ciudad Autónoma de Buenos Aires (3,5 m2).

Además la ciudad cuenta con aproximadamente 420 mil árboles (un promedio de 13 por cuadra), entre los que se destacan especies como el fresno, el plátano o el ligustro. El objetivo del estado local a mediano plazo es lograr duplicar ese número, llegando al millón de árboles para 2030.

Sin embargo, Argentina es el segundo mayor foco de deforestación de todo el continente, apenas superado por el que tiene lugar en el Amazonas, y una de las 10 tasas más altas del mundo, según la FAO. El 52,8% de la deforestación (cerca de 100.000 hectáreas) se produjo en zonas que la ley de bosques cataloga como de categoría I (rojo) y II (amarillo), es decir en áreas donde está expresamente prohibido hacerlo.

Periodista: Gonzalo J. García/Fotógrafa: Camila Casero.