El docente de la Licenciatura en Comunicación Social, Orlando Verna, analizó lo que significa fútbol en relación con la construcción sociocultural actual, partiendo del pase de Messi al PSG como desencadenante para explicar el fenómeno.

El 5 de agosto pintaba para ser un día como cualquiera, pero una bomba mediática explotó a nivel mundial: el Barcelona no podía renovar el contrato de Lionel Messi y se despedía para siempre de la ciudad que lo albergó por 21 años. Mientras miles de personas lloraban porque su ídolo se iba para siempre, a un poco más de 830 mil km de distancia, los fanáticos del PSG se sumergían en un estado de éxtasis por la llegada del mejor jugador del mundo. Emociones encontradas, pero el mismo desencadenante. 

“Lo que sucedió con Messi no es ninguna novedad, porque ha ocurrido en otros casos: imagino que la alegría del público del PSG habrá sido la misma que la de los napolitanos cuando Maradona llegó a su equipo. Lo interesante es que el fútbol dice mucho de nuestras culturas, forma parte de nuestro cotidiano, está entrometido en las conversaciones y hasta en las categorías en las que medimos nuestras acciones y valores”, analizó Orlando “Toto” Verna, docente de la Facultad de Ciencias Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, titular de la materia Infocomunicación, cultura y fútbol.

El profesional puntualizó que el hecho que protagonizó Messi en París es sólo la punta del iceberg. “Es la forma más depurada de cómo el fútbol significa un negocio rentable, dónde el dinero sobrepasa el juego. Todos sabemos, por ejemplo, que Messi cambia de camiseta por una cuestión económica ya que la Liga Española no permitió su renovación de contrato, algo que trasciende lo estrictamente futbolístico. Otro punto interesante para analizar, es la cuestión sobre cómo está estructurado el fútbol: supone muchas cosas más importantes desde el punto de vista cultural que una pelota rodando”. 

Teniendo en cuenta esto, Verna subrayó que cuando vemos el festejo de los parisinos también estamos observando el espectáculo del fútbol profesional elitizado. “Es interesante poner el punto en que los negocios se forman alrededor de las estrellas o personalidades deportivas. Nosotros vemos esa punta del iceberg que es el fútbol profesionalizado y elitizado pero debajo de la línea de agua hay un montón de otras realidades con respecto a este deporte”. 

Hace poco tiempo, trascendió que varios de los principales clubes de Europa pretendían instalar una superliga, un formato que les ofrecía más rentabilidad económica y que no llegó a hacerse realidad porque FIFA y UEFA lo impidieron. “Está clarísimo como esto es una fase desarrollada del capitalismo en el sentido en que el fútbol termina siendo una imagen casi detallada de lo que significa este sistema, dónde unos pocos tienen un montón y la mayoría no tiene nada”. 

Solemos vincular la idea del mito como el depositario de los valores y sueños, un héroe que posee habilidades y rasgos de personalidad idealizados que le permiten llevar a cabo hazañas extraordinarias. Sin embargo, ese horizonte posible es para algunos pocos: hay miles de jugadores que nunca llegan a ser profesionales y otros que lo logran pero no consiguen ser futbolistas reconocidos. “Por eso, no hay que perder de vista que estamos viendo el espectáculo de una elite que empieza a funcionar como una especie de aristocracia, que se supone legítima debido a la idolatrización de los componentes de esta misma, como en este caso: la idea de ir a París, que es como la meca de la modernidad y uno de los lugares de mayor proyección mundial, tiene su componente elitista y de valoración de determinadas cuestiones que se suponen importantes. No podemos creer inocentemente que tanto FIFA, UEFA o hasta la dirigencia del PSG se manejan únicamente con ideales deportivos”.

El mundo entero habla desde hace años del equipo francés y sus grandes fichajes que desestabilizan el mercado de pases, al punto de que hoy ya se lo está catalogando como el “dream team” moderno, haciendo un claro paralelismo con el equipo estadounidense de básquet que compartieron Michael Jordan, Scottie Pippen, Larry Bird, y Magic Johnson, entre otros, en los Juegos Olímpicos de 1992. Detrás de eso, millones de euros en sponsors, televisación e indumentaria. “En la idea de que el PSG se convierta en un tanque con los mejores jugadores del mundo gracias a los petrodólares, también nos debería poner en alerta acerca de cómo las entidades deportivas van a defender el fairplay y de cómo se lleva la competencia a un punto dónde dos o tres juegan por el campeonato y el resto son partners de esos que lideran a nivel económico”.

En síntesis, el fútbol no sólo es una pelota, dos arcos y 22 jugadores, sino que hay toda una complejidad de tramas que configuran el espectáculo del deporte más popular del mundo. “Es una imagen muy actualizada del capitalismo, donde asistimos a cómo el deporte es manejado por grandes empresas y corporaciones que terminan modificando los resultados. Son estas las que procuran el fútbol porque se convirtió en un negocio amable. No es sólo armar una potencia futbolística sino también el punto está en cómo se presentan las cuestiones y, en este caso, un referente como Messi es una personalidad funcional a ese negocio: una persona absolutamente familiar, que no tiene excesos, dedicado completamente al fútbol, que no está involucrado con ninguna historia ilegal actualmente, y que ha trepado en la escala social a través de su esfuerzo deportivo.  A su vez, nunca se lo ha escuchado opinar de otra cosa que no sea de índole deportivo y se cuida mucho de no pasar ese límite, por lo que queda aislado cuestiones políticas, económicas, etc.”.

Messi fue recibido por una verdadera multitud en su llegada a París

El poder del ícono

Durante la presentación del capitán de la Selección Argentina en su nuevo club, el Presidente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi, declaró: “Lio no sólo es un jugador de fútbol: es un ícono”. 

El semiótico Charles Pierce estableció tres categorías fundamentales al hablar de la configuración del signo lingüístico: una primeridad, una segundidad y una terceridad. La primeridad es eso que aparece como tal, la segundidad es eso referido a un segundo, y la terceridad es esa conjunción puesto en el marco de la cultura. “La primeridad tiene que ver con la iconicidad, cuando la esencia o característica de ese objeto lo hace aparecer como tal y no como otro. Se refiere a lo más básico del conocimiento humano, es decir, las cualidades presentes en los fenómenos. Un ejemplo: Maradona es un ícono porque es fútbol, aparece y no lo tenés que estar relacionando con otra cosa. Bajo esta explicación, Messi es un ícono del deporte, representa al deportista de alto rendimiento, entre otras cosas”, explicó Verna, quién además es docente de la asignatura Lenguajes II.

El docente hizo énfasis en que siempre la iconicidad tiene relaciones culturales. “Hay un montón de aristas que suponen esta popularidad de Messi, más allá de la de hacer goles. Esta trama es compleja y merece un profundo análisis porque es mucho lo que define”. 

Al fichar a Messi, el PSG se aseguró contar con el mejor jugador del mundo.

Infocomunicación, cultura y fútbol

Verna es docente de una materia electiva de la Licenciatura en Comunicación Social que lleva el nombre de “Infocomunicación, cultura y fútbol”, la cual pretende utilizar el estudio de la información sobre fútbol vehiculizada por los medios de comunicación como una excusa disparadora para que los estudiantes puedan adquirir mejores habilidades en el reconocimiento de las construcciones socioculturales de las sociedades modernas y desentrañar los mecanismos en que ciertos discursos se elaboran, refuerzan y reproducen en ellas.

El nacimiento de esta asignatura nació de la experiencia de Verna al realizar una Maestría en Ciencias de la Información en la Universidad Federal de Río de Janeiro, donde su tesis se enfocó en un análisis de las nuevas tecnologías aplicadas a los medios de comunicación y el deporte, en el contexto del Mundial de Francia 1998. “Hice una materia que se llamaba Sociología del Fútbol, la primera de Sudamérica de su tipo y que tenía como docente a Mauricio Murad. Cuando vuelvo, comenzamos a pensar que en una sociedad futbolizada como la nuestra, la Universidad tenía algo para decir”. 

El docente explicó que en esta materia se trabaja desde el campo infocomunicacional. “Está clarísimo que los estímulos con los que nos relacionamos a través de los medios de comunicación tienen que ver con mensajes infocomunicacionales. Difícilmente nosotros tenemos relación directa con el fútbol, exceptuando los que lo juegan, aunque estos últimos son parte de nuestro análisis pero no necesariamente la totalidad: el fútbol no es tomado sólo como un evento deportivo sino como un fenómeno cultural moderno mediatizado. Los comunicadores tenemos mucho que decir de cómo se comunica el fútbol”. 

Se tratan cuestiones como la pasión, el deporte construido a través de la idea de nación, las diferencias entre juego – entretenimiento – deporte, entre otros. “También trabajamos la perspectiva de género, al punto que el año pasado hicimos un laburo bastante interesante sobre fútbol femenino, historización y problematización del mismo. Todos los años buscamos tomar un tema y profundizarlo, generando material para los estudiantes futuros”.  

Periodista: Gonzalo J. García