El mundo cada es más consiente del calentamiento global, provocado por emisiones de dióxido de carbono, y otros factores. Sumado a la presión de la asociaciones ambientalistas están logrando que cambien los parámetros de consumo de energía. En particular, se hace referencia al uso de energías renovables y no contaminantes en lugar de petroleo y combustibles líquidos.

En ese sentido, el aumento de la participación de las Energías Renovables, en la matriz energética de los distintos países, es una de las soluciones que se están implementando para paliar el problema del cambio climático. Nuestro país si bien no es pionero, se podrá observar en nuestro informe, que los cambios han comenzado.

Argentina es un país que cuenta con condiciones inmejorables para desarrollar energías renovables. Sin embargo, como puede observarse en el siguiente gráfico, su desarrollo esta aún muy retrasado. Siendo más de la mitad de la potencia instalada pequeños aprovechamientos hidráulicos instalados hace ya más de veinte años.

Se observa en el siguiente gráfico, que Argentina se encuentra retrasado con respecto a otros países, incluso frente a vecinos latinoamericanos en el desarrollo de energías renovables. Las mismas, explican el 1,0% del consumo agregado, cuando el promedio del mundo se encuentra en 2,8% y en latinoamérica representan el 3,5%.

Este atraso puede deberse por un lado, por el elevado costo de capital que representa la generación de energías renovables, que una vez en funcionamiento reducirá los gastos al mínimo. Lo contrario ocurre con una central térmica, y puede funcionar con un factor de carga mucho mayor. 

El factor de carga es la relación entre el consumo durante un periodo de tiempo determinado y el consumo que habría resultado de la utilización continua de la potencia máxima contratada durante ese periodo. Se utiliza para determinar si la potencia contratada por una empresa es adecuada en relación a su consumo efectivo.

Un caso paradigmatico fue el programa «GEREN» que se lanzo en nuestro país en el 2009, con el objetivo de incorporar 1 GM de potencia eléctrica con energías renovarles. Otorgaba precios muy atractivos, pero menos del 10% de los proyectos terminaron concretándose, lo que significo un estrepitoso fracaso. El problema es que el gran detractor del desarrollo para las energías renovables es el marco regulatorio.

A partir del 2016 se renuevan las esperanzas de las energías renovables, y se da por la reglamentación de la Ley 27.191, que establece metas de participación de este tipo de energías en la matriz energética. Sin embargo una Ley no es suficiente para garantizar el avance de estas fuentes, pero el cambio de ciclo político parece haber motivado a los inversores, sumado al correcto diseño de las formas de contratación.

Los resultados iniciales están siendo más que alentadores. Para interiorizarse aún más sobre el estado de situación actual, los invitamos a profundizar el análisis de los datos, leyendo nuestro informe especial que dejamos disponible a continuación…