La información del flujo inmigratorio más importante es la que proviene de los últimos censos nacionales de población, hogares y viviendas. Además se pueden incluir los resultados de la Encuesta Complementaria de Migraciones Internacionales 2002-2003 (ECMI) que tuvo por objetivo enriquecer la información sobre migraciones.

Históricamente la inmigración europea (particularmente italianos y españoles, en ese orden cuantitativo), fue fomentada por la Constitución Argentina de 1853. 

La inmigración urbana, fue principalmente europea y en menor medida del Oriente Medio, producida durante finales del siglo XIX y la primera mitad del XX.

Por su importancia, la temática de migraciones fue incorporada a los primeros censos con alcance nacional, realizados en 1869, 1895 y 1914, ya que estos procesos generaron un fuerte impacto en el desarrollo económico y social de nuestro país.

Últimamente la inmigración se da desde países vecinos. Este tipo de inmigración fue siempre considerada un problema por no estar incluida en la que debía ser fomentada en cumplimiento de la Constitución.

Al finalizar la primera década del siglo XXI se produce el retorno de una parte de los migrantes argentinos, fundamentalmente por la crisis europea y de sus descendientes. También algunos vuelven desde los Estados Unidos más que nada por la dificultad legal de lograr la residencia allá.

Seguidos por inmigrantes provenientes de Bolivia, Paraguay y Perú ahora con corrientes migratorias provenientes de China, Colombia, Cuba, Venezuela, entre otros.

En diciembre de 2003 el Congreso de la Nación sancionó una nueva ley de migraciones (la ley Nº 25.871), en 2010 se reglamentó,mediante el Decreto 616; iniciándose una etapa de mejoras en la producción y gestión del documento de identidad (DNI) obligatorio para extranjeros, sin el cual es imposible estar habilitado para ejercer ciertos derechos elementales.

De este modo los inmigrantes con residencia en la Argentina sumaban en 2010, cerca de 5,2 millones de personas, un 14% de la población.