La Situación Económica en Argentina

En septiembre de 2024, a nueve meses del inicio del mandato de Javier Milei como presidente de Argentina, la economía del país se encuentra en un estado complejo; lo que no constituye una novedad para una entidad como la economía argentina.

Sucede que en la última década se han ido arrastrando una serie de problemas, principalmente relacionados a la falta de creación de empleo genuino, y el progresivo agravamiento de la inflación, lo que genera una coyuntura generalmente confusa y vertiginosa, en paralelo a una tendencia de largo plazo clara y declinante.

En el informe que acompaña esta nota, se brinda un resumen en extenso de la situación actual. El mismo, presenta una estructura dual: resultados relativamente positivos en el frente financiero, junto a resultados magros -y aun poco claros- en el frente real.

Desafíos Financieros y Cambiarios

Uno de los puntos críticos de la actual gestión ha sido la política cambiaria y la baja de la inflación. Desde el inicio del mandato de Milei, la economía argentina ha experimentado una devaluación de 109%, lo que ha llevado a un shock recesivo a la economía real necesario para lograr el objetivo; según palabras del propio presidente.

Asimismo, aunque se está logrando estabilizar la inflación, las posibilidades de acumulación de reservas del Banco Central, debido a la política de esterilización de pesos en el mercado de contado con liquidación, junto a la política cambiaria de devaluaciones de 2% mensual; siguen dando margen de dudas sobre su sostenibilidad.

En ese sentido, la combinación de lo anterior con altos niveles de inflación (como mínimo, con niveles más altos de 2%) generan como resultado un tipo de cambio real que progresivamente se va atrasando, presionando paulatinamente sobre las posibilidades de obtención genuina de divisas.

Impacto en la Economía Real

El impacto de las políticas económicas en la economía real ha sido severo. La mayoría de los sectores han registrado caídas de actividad de dos dígitos durante la primera mitad del año, reflejando el ajuste fiscal y el shock devaluatorio de principio de mandato. Aunque algunos economistas favorables al gobierno pronosticaron una recuperación rápida para mediados de 2024, los datos actuales indican que la actividad recién estaría rebotando de su piso.

Los indicadores de consumo, como las ventas en supermercados y centros comerciales, aún muestran una recuperación desigual. Mientras que las ventas de artículos de primera necesidad han disminuido, las ventas en shopping centers han registrado un repunte notable. Sin embargo, esta mejoría es aún insuficiente para compensar las caídas previas.

Inevitablemente, los salarios en Argentina también han sido afectados por la devaluación y la inflación. Aunque se han observado incrementos modestos en algunos indicadores salariales, el poder adquisitivo sigue siendo bajo comparado con niveles previos a la devaluación. Los aumentos salariales han sido parciales, y varían significativamente según el sector y el convenio colectivo, lo que deja a muchos trabajadores con ingresos insuficientes para enfrentar el aumento del costo de vida. De nuevo, si las medidas recesivas son el principio de solución al problema del bienestar general de la población, por el momento los resultados son magros.